Os preguntaréis que dónde está Forlán, que hoy le toca el
turno a él. Pues sí, tal y como sospecháis, le he usurpado de mala manera el
protagonismo.
Hoy publico sólo una breves líneas para informaros que este
cuerpecito serrano (y el del churri también) se dispone a disfrutar de sus muy
merecidas vacaciones. Y si no las he merecido me da bastante igual, la verdad,
porque las pienso disfrutar lo mismo sin cargos de conciencia, ni vergüenza
ni nada de nada, ea.
Oficialmente nos vamos a finales de esta semana pero como
voy a estar liadilla con los últimos preparativos y no me quiero agobiar, pues
doy por inauguradas mis vacaciones blogueras desde hoy. Tal vez me conecte
algún día a publicar y responder comentarios o tal vez no. Tal vez os lea y tal
vez no. Ya veremos cuál es mi estado de vagancia llegado el momento. Por si
acaso, no me pongáis a caer de un burro en vuestros blogs, que luego todo se
sabe.
Nos veremos como en tres o cuatro semanitas, más o menos. No
es que no sepa cuándo vuelvo (qué más quisiera yo; eso significaría que me ha
tocado el Euromillón y no tengo obligaciones esperándome a la vuelta), sino que
no me arriesgo a decir una fecha y que luego la depresión post-vacacional me
pille desprevenida y sentirme mal por haber dicho que me ponía a ello y no
ponerme. Vamos, que el día menos pensado volveré. No sufráis (pero tampoco me
olvidéis, que sois muy extremistas).
Lo dicho, que nos vemos a la vuelta. El post de hoy es más
corto que lo que suele ser habitual en mí pero es que mi neurona escritora ha
escuchado “vacaciones” y ha empezado a apag…